Tratado sobre el fin del Mundo

Como una gota transparente de veneno que cae en un vaso de agua pura y lentamente se disuelve sin que se note hasta mezclarse totalmente y ser una sola sustancia mortal, todos los bebés que comenzaron a nacer a partir de ese día fueron homosexuales, Tanto los bebés varones como los bebés mujeres nacieron, se podría decir predestinados, a tener una preferencia sexual por los individuos de su mismo género, Se compara el hecho metafóricamente con la gota de veneno disuelta en agua, puesto que actualmente aquél hecho ocurrido hace ya casi un siglo es lo que está a punto de llevar a lo que queda de nuestra sociedad, a lo que fue nuestra civilización, a nuestra raza humana a la extinción total y definitiva. Muchos creían que el fin del mundo sería debido a la crisis climática, al dichoso calentamiento global tan famoso en aquéllas épocas, también se hablaba sobre las diversas catástrofes financieras y el caos global que eso produciría, la pobreza extrema, la violencia derivada de ella y por ende la erradicación humana. Las carteleras de lo que se llamaba “cine” no dejaban de anunciar películas cuya trama principal era la destrucción total de nuestro planeta debido a catástrofes naturales, meteoritos golpeando la Tierra, terremotos de magnitudes increíbles o volcanes gigantescos haciendo erupción. Los temas relacionados con ataques alienígenas eran del todo comunes de igual forma, y las múltiples guerras llevándose a cabo en el Planeta, ya sean por combustibles, de carácter religioso o de cualquier otra índole fueron el caldo primigenio de lo que la gente creía los motivos del fin del mundo, sin darse cuenta que el verdadero peligro radicaba justamente frente a sus narices, aumentando poco a poco hasta que ser incontrolable e irreversible, jugando en sus jardines, alimentándose de sus propios pechos, gateando sobre sus alfombras y agitando sonajas, después dando sus primeros pasos, mostrando sus primeros dientes y diciendo sus primeras palabras, posteriormente formándose en las escuelas de las ciudades de todo el mundo y ocupando los espacios públicos de recreo y de entretenimiento. Cómo pensar que el enemigo de la especie humana es tu propio hijo, cómo llegar a creer que el mundo para nosotros estaría a punto de acabarse debido a ese ser tan amado y que nos ha traído tantas satisfacciones en casa y que ahora está sentado frente al televisor absorbiendo ideologías sin cáscara que pelar, cómo decirle que no a esa pequeñina que te jala del vestido y te pide con un rostro angelical que le compres un helado. Además, nada de esto se tuvo conscientemente como un problema, sino hasta que los primeros individuos nacidos con éstas características alcanzaron los 13 o 14 años y comenzaban a decir que les gustaba un chico o una chica siendo éstos de su mismo género, o a adoptar cualidades propias de un homosexual. Tímidos, un poco retraídos, con una sensibilidad especial sobre las cosas, muchos de ellos bastante buenos observadores y muy inteligentes, Sin embargo, representaban el principio del fin, el comienzo del hecho de que se negaban profundamente a procrear, y sí, existía la inseminación artificial, pero no funcionó por dos razones, la primera, porque la mayoría de las parejas homosexuales deseaban permanecer viajando por el mundo, explorando sus egoístas posibilidades y saliendo con diferentes parejas, Gastarse su propio dinero, un dinero muy bien ganado en buenos y calificados trabajos, en lujos y comodidades, No muchos realmente se querían hacer cargo de los nuevos niños, La segunda razón, fue por el hecho de que los nuevos individuos que nacían de inseminaciones artificiales eran también homosexuales. La técnica calló en desuso cuando se demostró difícil, cara e incluso riesgosa. Las poblaciones comenzaron a descender y al principio fue maravilloso, pues los recursos alcanzaron mucho más para todos, De repente el mundo se encontró con individuos ricos, con muchas posesiones y muy bien alimentados, incluso en los lugares en donde antes había habido problemas económicos como África, Asia y América Central y del Sur, la gente se vio favorecida económicamente. Las nuevas generaciones homosexuales fueron rebeldes con sus padres básicamente en el sentido de no desear la procreación de hijos, en los puntos de vista de las situaciones relacionadas con la formación de una familia o la conservación de la especie, idea que sonaba del todo anticuada, estúpida e incongruente. Los últimos heterosexuales fueron cínicamente marginados, asesinados, e incluso legalmente prohibidos. El mundo llegó en fin al punto en el que los hombres eran mujeres y las mujeres eran hombres, Había pocos homosexuales consientes del avenir e instruidos en el alarmante aviso de las estadísticas y gráficas luchando por los derechos de los heterosexuales, pero que poco a poco, fueron erradicados por completo. Después de unas cuantas décadas más las riquezas comenzaron a ser demasiadas para los individuos, las poblaciones del Mundo descendieron gradualmente hasta llegar al punto en el que comenzó a faltar la fuerza de trabajo, ya no hubo suficientes productores en el campo y trabajadores en las fábricas, ni choferes de autobuses, taxis y vehículos de carga, las telecomunicaciones dejaron de ser eficientes, los transportes se degeneraron en exceso y las comunidades comenzaron a aislarse. Se perdió eso que se llamaba globalización y el mundo dejó de ser una aldea unida por una cultura global. La homosexualidad ya no era llamada así, simplemente era lo normal, lo cotidiano, lo aceptado socialmente, y brotaron conflictos pequeños y luego a gran escala hasta llegar a guerras, entre hombres muy femeninos y delicados, y mujeres muy toscas y agresivas, que pusieron en picada, todavía más, el decremento de los individuos vivos en el mundo. Se formaron partidos en pro del género de cada quién y se marginaron, torturaron y asesinaron a muchísimos seres humanos. El mundo gay no era tan rosa como en algún momento se pensó que sería. Muchos homosexuales hablaban de una supuesta ventaja evolutiva con respecto de los heterosexuales, pero no significa, que el siguiente peldaño en la escalera evolutiva no sea un peldaño roto, esperando tan sólo a ser pisado para hacer caer a casi la totalidad de la humanidad y hacerla golpear con el duro suelo de la desaparición.

Ahora nos ubicamos en algo parecido a una segunda edad media. Yo me siento conocedor de la situación y es por eso que la plasmo en letras, que fueron casi del todo olvidadas hace un par de generaciones. En la población me consideran un sabio, pero como todo conocimiento es peligroso, yo lo soy también, no me han matado gracias a una continua y efectiva vigilancia de cada paso que doy. En estos momentos la población mundial debe de ser alarmantemente baja, es posible que en otros lugares alguien, algún otro sabio, alguna otra persona que tiene de cierta forma acceso a la información y a los libros que en algún momento se imprimieron esté haciendo lo mismo que yo, pensando en lo duro de nuestra realidad actual, indagando cómo encontrar una solución, esperando la salvación. Tan sólo algunos restan como los poderosos, la mayoría se atiene a condiciones esclavizantes de producción y vive en extrema pobreza, la violencia está por doquier, y las enfermedades son cosa de cada día. La gran masa de gente vive envuelta en una gran, pesada y oscura ignorancia y superstición. Lo que hago ahora está prohibido, lo que escribo lo mantengo en profundo secreto y tiene como objetivo tan sólo el de describir la situación que ahora nos envuelve. Soy homosexual al igual que todos, pero aún contra mi voluntad he logrado convencer a algunos amigos y amigas a los que tengo real afecto, y juntos organizamos orgías heterosexuales con el fin de mantener a la especie humana viva, como la llama de una vela dentro de una cueva alimentándose del poco oxígeno al que tiene acceso. Son fiestas secretas de fertilidad consideradas por la sociedad como antinaturales, como en contra de la voluntad de dios, que se tiene por seguro en el imaginario colectivo, es la de que los hombres amen a los hombres y las mujeres a las mujeres. Dicen algunos rumores provenientes de ciertos escritos perdidos que pronto llegarán los mesías a salvarnos, no tendrán poderes mágicos, no serán del todo pacíficos ni del todo sabios, no curarán a nadie con tan sólo tocarlo ni nos quitarán las tristezas, algunos quizá sean mesías estúpidos, la única diferencia con nosotros, su única cualidad, será ser de nuevo heterosexuales.