Obstrucción en el túnel

Después de correr directamente hacia el túnel superior Jacques se detiene y con la vista fija al frente, exactamente a donde la luz de la lámpara que trae en el casco apunta, aguarda unos segundos, Quizá esté pensando hacia donde ir dentro de ese laberinto de túneles subterráneos, después de todo nadie realmente guarda un mapa mental exacto de donde uno se encuentra, Jacques no pestañea, no suda por el esfuerzo realizado, ni siquiera es posible escuchar, aún con el eco que las cavernas y túneles pudieran producir, la respiración agitada que es característica de toda persona que acaba de realizar un ejercicio físico considerable. De repente Jacques gira el cuello, pilar único que da vitalidad y movimiento a la orgullosa cabeza, y su mirada se detiene en un camino que probablemente es el correcto, Sin más ni más Jacques comienza de nuevo a correr en aquella dirección después de que un pequeño “bip” haya encendido un pequeño foco en su casco, Los “bips” por lo general hacen eso, nos señalan el comienzo o el fin de algo, de una alarma, de un tiempo establecido, de un prendido o de un apagado. Y es así como el movimiento de sus extremidades se mantiene fuerte y regular hacia una nueva ruta. El camino había estado previamente preparado, pues incluso hay algunas marcas en las paredes sobre las direcciones de los túneles, los metros que uno avanza y la profundidad a la que uno se encuentra, Éstos túneles definitivamente pertenecen a alguna construcción humana, quizá a alguna carretera que cruzará bajo una montaña, quizá a algún tipo de drenaje subterráneo que llevará las aguas de un río que en tiempo de lluvias suele comportarse mal e inunda la ciudad, quizá será una nueva línea del metro que comunique una población con otra. La luz de la lámpara que trae Jacques en el caso alumbra ya el final del túnel, En este caso el final de éste no es la salida, sino una especie de bloqueo, un tipo de derrumbe que a los constructores les ha de haber ocasionado horas y horas de tiempo perdido, Quizá sea Jacques el experto que llega a analizar la situación, quizá valore por unos minutos la obstrucción y decida el método a seguir para el desbloqueo y la habilitación de las condiciones propias para continuar excavando. Jacques corre hacia el fin de éste túnel en obstrucción sin detenerse ni un segundo, su determinación en llegar ahí parece absoluta, Jacques debe de ser un tipo realmente profesional y obstinado en su trabajo, uno de esos perfeccionistas que uno encuentra en ramas tan peligrosas y que requieren de extrema precisión y valoración del tiempo como lo es la construcción subterránea, Ya se encuentra a diez metros, ya a cinco y no se detiene, sus piernas siguen avanzando al mismo ritmo y con la misma determinación, como si quisiera quitar la obstrucción de toneladas y toneladas de roca con un empujón de su pesado cuerpo, Jacques choca y explota, produce una detonación poderosísima que lanza detritus de roca y de su propio cuerpo mezclado con un estallido de fuego y sonido que se escucha hasta donde comienza el túnel, una montaña verde con una abertura del tamaño de un camión de carga en el centro. Todos ahí saben que Jacques ya ha cumplido su misión camicace de estrellarse contra la obstrucción cargado de 50 kilos de dinamita con el fin de desalojar las toneladas de roca que impiden el avance de las operaciones de construcción. Después de un minuto de silencio comienzan las conversaciones por los diferentes aparatos de comunicación que utilizan los constructores, ya se escuchan las órdenes de revisión y de verificación de los sonares para saber si el camino está por fin despejado, ya se escuchan los zumbidos electrónicos, las interferencias y los cambios de canales y frecuencias, los constructores están todos en alerta y muchos con los brazos cruzados en espera de las respuestas, Habrá logrado Jacques abrir el camino nuevamente. Uno de los jefes de construcción espera con los ojos fijos en la entrada del túnel y con el dispositivo de comunicación en la mano la respuesta adecuada, la que lo hará poner de nuevo en movimiento a todo su equipo de obreros altamente calificados, El zumbido por fin se escucha y la voz del encargado del sonar emerge con una voz metálica y con algo de interferencia, Ingeniero me escucha, Si, lo atiendo perfectamente. Muy bien, lo siento mucho pero la obstrucción parece ser más grande de lo que calculamos, será necesario mandar a otro, quizá aún con una carga más pesada de dinamita. Silencio, silencio, sólo el viento habla, Los obreros esperan todos con la mirada fija en su jefe, Entendido Ingeniero. El dispositivo se guarda en un broche del pantalón, el jefe voltea y se acerca a su comunidad de obreros, Llama con contundencia al líder de estos. Márquez, escoge a otro, cárgalo con 70 kilos de dinamita y mándalo de nuevo. No necesita explicar nada a los obreros, estos ya lo saben, el túnel no está abierto todavía y va ser necesario enviar a otro más. Ya son varios, quizá demasiados los que han corrido con la misma suerte. La cortina del almacén se abre y la luz del exterior, como siempre de abalanzada y de egoísta, es la primera en entrar y posarse sobre los rostros de las caras de lo que parecen humanos congelados y llenos de polvo, todos tienen el rostro de Jacques, El zumbido en el dispositivo de Márquez suena, éste lo contesta, y su jefe inmediato, el ingeniero que aguarda en la entrada del túnel ordena. Márquez, manda ya al otro Explosi-clón.