Tuesday, November 15, 2011

Derechos no reservados

Mírame, obsérvame detenidamente o ignórame por completo. Piensa bien o mal sobre mí, soy ahora lo que te plazca. Si quieres tócame, y si así lo prefieres acaríciame. Puedes besarme o golpearme, estamparme con tus labios cálidos el beso más cinematográfico o escupirme la cara, romper en mil pedazos la botella en mi cabeza o deshojar los pétalos de las rosas sobre mi cara; ahora todo depende de ti, de tu estado de ánimo, de tu personalidad, de lo que pienses en estos instantes de mí, de lo que tengas ganas de hacer conmigo. Toma mis cosas, roba mis posesiones más valiosas y hazte con mi dinero; o bien, para divertirte, llena mi boca de sucias monedas y deja caer groseramente sobre mi pecho unos cuantos y viejos billetes, tan pesados y fríos como la paja mojada. Puedes pintarme la cara con eternas maldiciones o escribir mil poemas de amor, puedes arañarme y patearme hasta que te canses, aunque inconscientemente, yo prefiera que me hagas el amor. En este momento mi mente funciona tal y como las naves exploradoras que ruedan sobre la superficie de Marte, tan distantes, todas cubiertas de polvo y sin tripulantes. Mis poros exhalan sobrecargados combustibles alcohólicos que a penas la hacen funcionar. Estoy ahora muy borracho, y mi cuerpo en estos instantes tiene los derechos no reservados.

Saturday, November 5, 2011

Insignificante tratado sobre el Tai-Chi manual

“Tai-Chi”: Debe de ser leído tal y como se escribe, por lo menos en español. En este caso, en el que se desea utilizar como referencia en este insignificante tratado, no tiene que ver con su carácter de “arte marcial”, sino como un conjunto de movimientos corporales destinados, en cierta forma, a copiar los movimientos rítmicos y armónicos de la naturaleza con el cuerpo. En esta versión de Tai-Chi, si es que se permite de forma filosófica llamarlo así, una vertiente de la práctica originalmente creada en China, tan sólo se utilizan las manos a fin de copiar movimientos armónicos en la naturaleza y en el universo infinito, antes de dormir, o justo al despertar, acompañados por los movimientos de estiramiento o de bostezos a los que el cuerpo humano suele recurrir. Las manos colocadas enfrente de uno, quizá con los ojos un poco entrecerrados, comienzan a copiar los movimientos suaves de las pestañas cuando se abren y se cierran, el baile mágico de las medusas en las profundidades marinas, el movimiento rítmico y elegante de las grandes aves en el cielo, la tranquilidad armónica con la que las olas en el mar caen sobre la arena dulce y ligeramente brillante. Las manos son seres individuales que, en esta práctica, parecen estar separadas de nuestro cuerpo, pero que fungen como actores en una representación casi teatral frente a nuestros ojos, en donde el escenario es el cosmos. Como actores, las manos pueden representar un par de seres enamorados, y la totalidad del proceso de coqueteo y enamoramiento, los bailes de uno alrededor del otro, los flirteos y los diversos acercamientos, la timidez, los ligeros roces y los contactos un poco más íntimos hasta llegar a la cópula misma, clímax también de la armonía cósmica. Uno puede incluir besos sobre las manos, acariciarlas con el rostro y verlas desde diferentes ángulos, en un nivel avanzado uno puede fingir que es capaz de mover objetos lejanos con su ayuda, al sentir que uno tiene lazos invisibles hechos de energía pura que se desprenden de ellas y que son capaces de alterar la situación o posición de dichos objetos a distancia. Esta práctica, esencialmente interactiva, ya que uno es el productor de la gran obra del Universo a micro escala, puede ser utilizada a voluntad y sin regla alguna, copiando todos esos movimientos en la naturaleza que a uno le gustan y que uno ama, cada persona puede inventar sus propios movimientos siempre con el fin de saber que uno es parte íntima de la maravillosa orquesta universal. El Tai-chi manual tiene, de esta forma, la cualidad de poder sugestionar al cuerpo entero con los ritmos armónicos de la naturaleza, producir una sensación directa de alivio, de bienestar físico, de tranquilidad, de relajación y también es un método eficaz para fomentar la creatividad y aumentar la autoestima. Es una práctica que promete ser de gran ayuda emocional y sicológica para las personas con movilidad reducida, para las personas de edad avanzada o con situaciones de reclusión, ya sea por problemas penales o de salud, ya que el Tai-chi manual puede ser practicado en una cama, acostado, sentado en una silla de ruedas, dentro de la habitación de una celda o de un hospital, se puede practicar aunque uno esté con algún equipo conectado al cuerpo o inmovilizado parcialmente. El Tai-Chi manual al igual que muchas otras invenciones fue creado por accidente. Es increíble lo que puede pasar en la mente de un filósofo chino es estado de ligera ebriedad.

Thursday, September 29, 2011

Diciembre de 2012

De repente ya nadie quiere tener sexo sobre una cama. Todo el mundo, por lo menos las últimas generaciones, anda por ahí haciendo el amor flotando sobre las casas, sobre los coches, sobre los campos, en medio de las avenidas, a lado de las copas de los árboles o el alumbrado público, en lo alto de los edificios o bajo la tibia lluvia de verano. El mundo entero está inundado de jóvenes amantes que suspendidos en el aire, se comen a besos y se pulen a caricias. ¿Quién iba a pensar, que ese porcentaje del cerebro que no utilizábamos, cualquiera que haya sido, iba a contener en sí nuestra capacidad de levitar como respuesta a nuestra habilidad de amar y de sentirnos amados? “Ama y flotarás” lo había dicho el encabezado de una publicación científica de diciembre de 2012 a partir de que se dieron los primeros casos del fenómeno. Nunca se pensó que sería el principio de un suceso grandioso que alcanzaría escalas mundiales. La sociedad ha cambiado por completo a partir de ese entonces; los jóvenes sanos fueron enseñados con éxito a amar profunda y sinceramente para emular su capacidad de levitar. Lo lograron primero unos cuantos monjes budistas en laboratorios aislados y centros de neurociencia especializados. La noticia fue difundida en todo el mundo y hubo una razonable reacción de incredulidad, pero mientras los resultados se hacían cada vez más evidentes la gente y los medios en general recibieron la noticia con grandes expectativas y exacerbada emoción; después de un continuo desarrollo y perfeccionamiento del proceso lo lograron unos cientos de jóvenes más, ésta vez no sólo en laboratorios sino que comenzaron a darse casos aislados, algunos en la gran ciudad de algún país, otros en alguna pequeña comunidad perdida entre las montañas, aquí y allá hubo cada vez más jóvenes que fueron capaces de cumplir uno de los más anhelados sueños de la humanidad; un poco más tarde fueron miles, y hoy en día son millones de jóvenes en todo el mundo han sido capaces de dominar esta función de su cerebro. El acontecimiento fue una reacción en cadena, como una epidemia benigna brotando eficazmente en todos los lugares del planeta, y contagiando a los individuos sanos y capaces de amar. Muchos otros permanecieron; sin embargo, con los pies en la tierra, no precisamente por su capacidad de ser realista, sino por su incapacidad de flotar. Algo había pasado en su cerebro que les impedía flotar. Razones había bastantes, miedo, odio o algún tipo de lesión cerebral, los adictos a alguna sustancia tóxica o los que desgraciadamente habían sufrido algún traumatismo. Por lo tanto, y así también de repente, la salud dejó de ser un lujo y se convirtió en un seguro para procurarse el éxtasis sexual, en una forma de asegurarse el disfrute de un infinito placer. Mucha gente comenzó a evitar drogas y demás adicciones, pero los adictos que no lo lograron pasaron a ser los nuevos ciegos, los nuevos cojos, los nuevos mancos; por eufemismo se les llama “gente con los pies en la tierra”, pero para la nueva verdad biológica del ser humano, no son más que simples inválidos, que desde el suelo observan tristes y envidiosos a los amantes que extasiados flotan sobre ellos. Ha nacido también, como producto de ésta situación evolutiva del ser humano, la “Erología” como ciencia oficial encargada de estudiar las relaciones entre el amor y las funciones cerebrales, y las posibilidades de acrecentar el placer erótico, que no sólo es estrictamente humano, sino que también es muy sano y de gran beneficio para los individuos y para la colectividad. Estar sano y amar flotando, flotar amando, ése era el cambio dramático que el mundo esperaba en el 2012. Ya era hora de que el mundo volviera a estar regido por la ternura, el amor… y el placer.

Sunday, August 7, 2011

Crónicas (rete) marcianas

Una de las dos máquinas itinerantes fue la que finalmente logró taladrar lo suficientemente profundo para llegar a la segunda capa del subsuelo. Ya lo saben, las órdenes que se le daban al aparato tardaban media hora en llegar desde la Tierra hasta Marte, y la respuesta, de igual forma, media hora de regreso; así que fue un largo proceso que requirió de la paciencia adecuada de los científicos y técnicos que las operaban a distancia. Cientos de profesionales y demás personal, habían ingerido kilogramos enteros de sus propias uñas durante los meses anteriores esperando esos momentos. Los monitores de mil dispositivos mostraban en todas las salas del gran complejo astronómico, las imágenes provenientes desde millones de kilómetros de ahí, directamente de la superficie del planeta rojo donde se había posado la máquina itinerante un par de meses atrás. Se programó de inmediato a la máquina, para que insertara en un pequeño receptáculo una muestra del obscuro material proveniente del subsuelo y, descomponiéndolo en sus elementos más básicos, lo analizara. Los resultados preliminares después de un día de arduo trabajo de programación a distancia, fueron que la mezcla extraída de las entrañas de Marte era una concentración rica en aceites vegetales, prueba irrefutable de que ahí había habido vida o podría aún haberla en forma de microorganismos, también se encontraron proteínas y carbohidratos, aparente y asombrosamente, muy similares a algún producto que pudiera ser ingerido por el ser humano, alguna especie de alimento. Se supo así, no sólo que las entrañas de Marte no eran sólidas sino blandas, de consistencia viscosa y muy pegajosa, sino que, muy posiblemente, sus ingredientes eran digeribles por un humano común y hasta resultarían energéticos. El descubrimiento llegó hasta ahí en ese entonces, y mil conjeturas científicas y también románticas aparecieron en todos los medios masivos de comunicación en los años subsecuentes. Fue hasta cien años después que la primera colonia de humanos fue enviada para poblar este planeta. El material bajo la superficie se revisó por fin de forma directa por la mano del hombre mismo, y no a través de máquinas teledirigidas. No fue difícil reconocerlo, de aceptarlo pero sí de creerlo, de corroborar por fin lo especulado por sólo unos cuantos científicos que se habían atrevido a sugerirlo a pesar de poner en riesgo su reputación. Así es niños, la próxima vez que estén caminando sobre la superficie de Marte, acuérdense que lo hacen sobre un gran pastel de chocolate.

Thursday, August 4, 2011

Líneas para una chica anfibia

La primera vez que te vi pensé que eras hermosa; para ser una rana no te veías nada mal. -Pero si no es una rana- me dijeron mis amigas entre risitas. -Su nombre es Diana- Y efectivamente, vi que en los extremos de tus ancas usabas tacones, y que usabas pendientes también, traías pulseras y hasta un reloj de fina marca. Me sorprendí al verte utilizar con tanta destreza un celular. Pero al acercarme a ti, al ver más de cerca tu verde y escamosa piel, tus ojos saltones y esa forma tan tuya que tienes de caminar reptando, juré que eras capaz de atrapar una mosca con la lengua; y te confieso que me fue muy difícil decidir: si decirte hola o decirte CROAC!

Friday, July 22, 2011

Pizzas contra hamburguesas

Un pedazo de carne cocida en medio de dos panes. Quizá con algo de cebolla, tomate y lechuga, pero igualmente aburrida, no importa que le añadas cátsup o mostaza, o que esté acompañada de papas fritas, una hamburguesa nunca extenderá mucho más allá sus ingredientes, y por lo tanto, su valor culinario y hasta lúdico. Por otro lado están las pizzas, no sólo provenientes de una gran y antigua tradición gastronómica como lo es la cocina Italiana, sino extensas en su variedad y en sus ingredientes, las hay de muchos tipos de carne, con pimientos, aceitunas, mil variedades de queso, vegetarianas, picantes, no picantes y hasta con fruta. Las pizzas extienden su valor gastronómico en mucho más de lo que puede hacerlo una hamburguesa, y resulta una plataforma ideal para la experimentación, la nutrición, y su gran adaptación a los diferentes gustos y exigencias del paladar, además, resulta idónea para cualquier tipo de personalidad. La conservadora y europea pizza de carne, queso y aceitunas, la extrovertida hawaiana, la excéntrica pizza de pimientos y cebolla, y la campirana pizza ranchera o la urbana pizza al pastor. En fin, un conjunto de variedades y matices inalcanzables para la simplona hamburguesa.

No sólo los dinosaurios se extinguieron, también lo hicieron las diferentes cocinas del mundo. Ahora, la gente sólo come hamburguesas y pizzas, pizzas y hamburguesas también. Pero a diferencia de la repentina extinción de los dinosaurios, las cocinas del mundo lo hicieron de forma lenta y dolorosa. Primero se extinguieron las cocinas menos influyentes, menos populares o trascendentes; la vietnamita, la portuguesa, la colombiana; la inglesa no duró un solo segundo; posteriormente la comida un poco más influyente: la peruana, la de la India, la griega, después siguieron las más importantes, la japonesa, la mexicana, la china; aunque ésta última se resistió bastante por la gran cantidad de chinos en el mundo, también se extinguió todo lo que no fuera pizza de la comida italiana. Una verdadera tragedia gastronómica en manos de las más poderosas empresas, el tiranosaurio Rex de las hamburguesas y el tricératops de las pizzas. Gastronomía masiva y comercial, comida prefabricada para ser rápida, para llegar directo al estómago y después ser cagada. El asunto resultó un gastronomicidio para acabar pronto. La gente del mundo sólo consumía hamburguesa y pizza, pizza y hamburguesa también; ya lo habíamos dicho.

Contemplando el hecho de la versatilidad y el valor nutritivo de la pizza la gente intentó aferrarse más a ella que a la hamburguesa, pero que existan dos depredadores en el mismo territorio hace que, automáticamente, uno de ellos se convierta en presa. La pizza era en esta lucha la evidente víctima, pues las empresas de hamburguesas siempre fueron más poderosas. Las hamburguesas comenzaron a devorar pizzas y así poco a poco las fueron borrando del mercado. Ya desaparecidas las pizzas, el obvio destino de las hamburguesas era quizá, el de devorarse a sí mismas como un maniático y compulsivo aparato digestivo, pero antes de que esto sucediera, la gente se reunió y lo discutió en todo el mundo, se manifestó a mil voces, se quejó, se expresó y finalmente se comprometió. Justo ahora, frente a las oficinas de las empresas de hamburguesas más poderosas del planeta entero, una multitud gigantesca se ha dado cita, la gran masa de gente agita banderines de rebanada de pizza, porta playeras con mil slogans, y con poderosas voces, que quizá lleguen al espacio, canta a coro: ♫All we are saaaayiiing, is give Pizza a chance!

Saturday, June 11, 2011

Las majestuosas formas de la clorofila

Crecen sus uñas, con menos mugre que su mente quizá, pero enroscadas crecen y afiladas se clavan en la tierra al caminar. Él es un vago, desde hace mucho tiempo que lo es, ya el mismo tiempo lo dejó caer en su oscura noche, pero hoy, sus huesos se volvieron fuertes, gruesos y de blancura inmaculada detrás de una piel cuarteada por el sol, que cubre a su vez, músculos enfermos de amnesia que se olvidaron de estar cansados. Su cuerpo entero, tripas que laten incluidas, se volvió resistente al frío y a la carencia de calor, también del calor que se jacta de ser humano. Al atardecer, su sombra como las uñas lo mismo crece, y alejándose cada vez más de él cuando está recargado contra el muro, se entremezcla con las incipientes penumbras que por la noche lo rodean, que siempre lo rodean, y así su larga sombra sale por la noche de paseo. Ahora su alma se divierte viajando por el mundo de los muertos y lo que queda en la oscuridad, es una respiración lentísima, es un pulso imposible de encontrar, es un cerebro inerte guardado en formol, son ojos fríos, ciegos, casi muertos, que permanecen por largo tiempo abiertos en pos de la nada, hasta que una mano invisible entrelaza a la fuerza sus pestañas de acero oxidado. Un vago cualquiera sería llamado, si a la mañana siguiente, con el sol de lleno sobre los jesucrísticos huesos de su cara, no le creciera de forma natural, espontánea y abundante, una larga barba formada por tréboles y musgo, por henos y diminutas florecitas, que de vez en cuando, cansado ya de que oscilante vaya colgando de la cara por su camino ajetreado, le hace fijar la mirada en un espejo estrellado, y con el esmero que puede quedarle a un vago olvidado, la examina con una triste paciencia. El vago Argumedo no se afeita la barba, se la poda a tirones de la cara. Y con la clorofila más verde se mancha sobre otras manchas la ropa que el jabón nunca levanta.

Tuesday, May 10, 2011

Fueron las hormigas

¡Fueron las hormigas!, Un poco antes de las primeras migraciones masivas de humanos hacia Marte las hormigas fueron por casualidad descubiertas. La Tierra estaba a punto de colapsar, no era tan sólo la crisis climática, ni el hecho de que en una de las costas de Japón un tsunami había destruido parcialmente un reactor nuclear contaminando poco a poco, cielos, mares y tierra, sino que las condiciones económicas eran degradantes para la mayoría, los recursos habían estado muy mal repartidos y estaban prácticamente agotados y el sufrimiento se veía en cada esquina; los valores políticos eran casi nulos, pues la comunidad política estaba cínica y evidentemente a completa merced de las grandes corporaciones multinacionales, y por si fuera poco, el mundo estaba invadido de drogas, locura, ignorancia y enfermedad.

Las indicaciones de los gobiernos de los países más poderosos fueron dadas a partir de órdenes corporativas. Se percibió que era desafortunadamente necesario el rescate de todos los individuos aunque estos fueran económicamente pobres, ya que esto aseguraría que siempre hubiera una clase baja ocupando los puestos más degradantes y difíciles, y que siempre hubiera compradores dispuestos a continuar el ciclo de trabajar para ganar dinero y comprar. Una mano de obra, calificada o no, a la que explotar tenía que ser definitivamente transportada. Sin ésta horda de obreros sería necesario hacer una subdivisión y crear una nueva fuerza de trabajo a partir de los individuos más ricos y poderosos, y por supuesto, surgiría una nueva lucha de clases por el predominio y la hegemonía de la riqueza y el poder.

Todo estaba listo, las naves que habrían de transportar a los seres humanos estaban ya en sus posiciones de despegue, cuando miliares de pequeñas naves de una apariencia tecnológica muy avanzada, incluso superior a las naves humanas, comenzó a surgir de todos los escondrijos de la superficie terrestre y a desplazarse a velocidad luz hacia las estrellas. De las entrañas de la tierra y del concreto de las ciudades olvidadas, de las fisuras en las rocas y de los precipicios recónditos en el mundo entero, de entre las plantas y la basura, de entre los muros y las raíces agrietadas de todas las construcciones. A un grupo de la armada de un país poderoso se le dio la tarea de atrapar uno de estos pequeños artefactos para investigarlo, y al hacerlo y partirlo en dos como una colorida piñata, se descubrió en su interior una colonia gigantesca de hormigas. Lo sorprendente de todo esto es que éstos minúsculos insectos no eran invasores del artefacto, ¡sino los tripulantes! Lo hacían a partir de mecanismos de una tecnología desconocida, mucho más sutil y avanzada que la tecnología humana. Una especie de tecnología orgánica que podría hacer pensar a cualquiera que el artefacto metálico estaba también vivo y que respondía de alguna forma biomecánica a los estímulos provocados por las hormigas. En el tejido enmarañado del interior de la pequeña máquina podían reconocerse algunos mecanismos también utilizados por los humanos, grupos de ocho palancas adaptadas a los cuerpos de sus pequeños constructores y miles de botones de incomprensibles funciones por doquier.

El hallazgo resultó sorprendente pero de cualquier forma inútil y de poco interés para las necesidades apremiantes de ese momento. Y sí, las hormigas nos habían engañado, habían decidido permanecer ante la vista humana como insectos con características sorprendentes, sobre todo en sus estilos sociales y organizativos, pero aún así, nada más que insectos al final de cuentas. Nunca pudimos darnos cuenta de que en realidad eran seres, tan o aún más inteligentes que nosotros, construyendo sociedades muchísimo más complejas que la nuestra y utilizando nuestro trabajo para su beneficio, como parásitos fantasma que se aprovechan a costa de nuestro esfuerzo. Ahora, ellas también escapaban de este mundo en vías de colapso. Todo esto había sido descubierto a último minuto, un poco antes de partir, pero eso no tenía relevancia alguna ya, pronto estaríamos fuera de la Tierra y todo un nuevo mundo por descubrir estaría a punto de comenzar. Y vaya pues con esas industriosas hormigas.

El primer grupo de naves humanas aterrizó en Marte con gran dificultad. No sobrevivieron mucho tiempo sus cientos de miles de pasajeros, pues al llegar se encontraron con un recibimiento hostil de millones y millones de hormigas con terribles armas de tecnologías sorprendentes. Ellas habían llegado primero y habían puesto una nueva civilización en marcha y estaban dispuestas a defenderla, no tenían necesidad de esconderse de nosotros o de compartir los limitados recursos del planeta; ahora nosotros éramos los intrusos, la hierba mala que es prioridad erradicar. En la Tierra nunca fuimos buenos vecinos y vivimos tratándolas siempre como plaga intentando deshacernos de ellas en todo momento, nunca reconocimos su brillo ni apreciamos su inteligencia, ni siquiera la descubrimos, así que ahora recibíamos la recompensa a nuestra odiosa actitud hacia ellas. La humanidad completa tuvo que regresar a la Tierra, y ahí casi sucumbió a causa de los desastres naturales y todo lo demás. Después de los diversos cataclismos quedaron unos cientos de habitantes humanos en toda la faz del planeta, y ahora, poco a poco y a través de dolorosos esfuerzos, hemos aumentado esa cantidad a unos cuantos miles. Sin embargo, somos diferentes ahora, respetamos a todos y cada uno de los seres que aquí habitan, cuando alguien camina y cruza su camino con una hormiga, nos detenemos, y después de una pronunciada reverencia, la rodeamos y seguimos nuestro camino.

Friday, April 22, 2011

Realidad Emergente

Turistas: Cataloguen ustedes a éstos; como individuos que dejan de serlo al conformar ruidosas y estúpidas masas homogeneas que proliferan en todos los rincones del planeta. Ustedes lo saben ya, su similitud es alarmante; es un hecho, se repiten a si mismos en todo el mundo como sujetos salidos de una máquina de clones, no importa en dónde estén ni que en sus vidas cotidianas estén a cargo de posiciones laborales muy diferentes; pueden ser doctores, arquitectos, deportistas, amas de casa o cualquier otra cosa, pero al caer en la categoría de turistas tenderán instantáneamente, a eliminar todas las diferencias que puedan tener entre ellos y se uniformarán irremediablemente con shorts de mil bolsillos, cámaras deslumbrantes, de fotos, de video, contra agua, viento o marea; sombreros coloridamente grotescos, playeras de igual condición estampadas con absurdos dibujos de palmeras, tucanes, changos, iguanas y otros animales con gestos humanoides y en posiciones extremamente ridículas. Demás idioteces por el estilo se agregan a voluntad del observador que desee analizar éstas deprimentes manadas absorbentes de identidad. Podrían ustedes, por lo señalado, llegar a la conclusión de que la igualdad entre los hombres del planeta se lograría no con el comunismo o con alguna otra forma de gobierno popular y masiva, sino haciendo que todo el mundo fuera turista al mismo tiempo. Y bien, hace tan sólo unos días en uno de todos esos rincones del planeta, en una antigua prisión del alta seguridad, que ahora es tan sólo un museo guardando como reliquia lo que alguna vez fue el dolor humano, una de estas hordas de turistas caminaba haciendo tan sólo un leve murmullo y haciendo sonar de vez en cuando los clicks y clacks de sus diversos aparatos, se dejaban llevan dócilmente por su guía, quien como 648 veces anteriormente, explicaba los por menores del lugar mezclando aquí y allá algún comentario gracioso que arrancara de su rebaño algún bramido. Lograr ese bramido es parte de su trabajo, incluso lo califican con puntos que suben y bajan en una regla que mide la empatía; le llaman risa de turista; risa estándar, risa con personalidad de grupo. Y bueno, queda claro que un individuo sólo comienza a serlo desde que se separa del grupo al que pertenece, y éste individuo, al que ahora pueden imaginar apartándose del resto del grupo, se distingue permaneciendo constantemente atrás de la manada verificando y observando con más detalle un poco más de tal o cual celda, tal o cual portón, tal o cual estructura. Observen como los guardias de seguridad lo tienen ya bien a la vista, está aplanado en un monitor que resuelve los colores en escala de grises; no es tan importante, ya que siempre hay uno de su clase, que se sale un poco del grupo, que husmea por acá y por allá, este tipo de individuos generalmente regresa rápidamente de nuevo a la manada; es bien sabido que pocos aguantan en este mundo el peso de la individualidad. Si ustedes siguen imaginando, se darán cuenta de que será suficiente para el personal de seguridad con darle un punto más en la escala de importancia que deben designar a cada cosa en un mundo aplanado y en escala de grises de sus monitores de seguridad; hay realmente muy pocas cosas divertidas en sus vidas. Un poco más tarde, en un momento indeterminado, nuestro individuo imaginario ha decidido caminar hacia una zona que está fuera del patrón designado desde un principio por los guías y los planificadores de las rutas de este recinto. No sólo se ha salido de la zona designada para los turistas, sino que en el mundo electrónico de la seguridad el individuo ha caído en el punto de la escala de grises más bajo, es decir, el negro. Nuestro individuo se ha perdido en la oscuridad, las zonas restringidas por lo general son negras, oscuras, misteriosas. Los guardias de seguridad le asignan unos puntos más en la escala de importancia y deciden avisar por radio al guía encargado. Un poco más adelante la manada se detiene y brama un poco su desasosiego, los han sacado de su fantasía, del delicioso letargo que produce el control, la seguridad, la planificación. ¡Qué contrariedad! Ahora mismo, el guía de turistas camina hacia la zona restringida, llama una primera vez al individuo; le han dicho que es un hombre joven, (claramente en edad y en condición de ser aún un individuo), no hay respuesta; lo llama una segunda vez con iguales resultados, a la tercera el llamado ya es un grito, y a la cuarta es una notificación de emergencia. El guía llama a algún representante de la seguridad en el lugar. En las entrañas de la zona restringida se escucha de repente la voz del individuo, se escucha lejana, apagada, ha caído en un pozo de unos veinte metros de profundidad, al parecer no se ha lastimado de gravedad, pero pide ayuda, hay que tener en mente que ser un individuo puede conllevar a situaciones dolorosas; al individuo se le informa que espere, que están en camino los equipos de emergencia y seguridad. Se hacen encender las luces de la zona restringida, ahora el pozo por el que el individuo ha caído es evidente, nunca habría pasado esto de haber dejado una luz encendida, por lo menos una tenue que combatiera un poco la oscuridad. El individuo se queja, seguro que se ha roto algo, una caida de veinte metros dentro de un pozo casi garantiza un daño; después de unos minutos el individuo se ha callado, los equipos de emergencia, situados algunos kilómetros de ahí, no han llegado y se teme ya lo peor; los turistas restantes, los que permanecen en su condición de masa homogénea se han puesto algo alarmados, sin embargo les gusta pastar por el entorno y continúan alegremente tomándose fotos con muecas ridículas. No es su tarea preucuparse demasiado; al fin, no fue su culpa que a algún individuo se le haya ocurrido serlo. Es entonces, y pongan mucha atención aquí, que de la nada: ¡sorpresa!, el individuo sale de repente del pozo por su propia cuenta, está algo asustado pero ileso, algo sucio de tierra y con raspones que manchan de sangre sus extremidades, pero reitero: ileso. Un minuto después los equipos de emergencia llegan, pero lo hacen sólo para verificar los daños y preguntar qué es lo que ha sucedido. El individuo narra su experiencia mientras exhala grandes bocanadas de aire para recuperarse; al sobreponerse un poco comienza a explicar cómo fue que decidió separarse un poco del grupo y como por accidente cayó al pozo, después sus ojos se abren de golpe, como recordando súbitamente una información perdida, y con una dificultad poco habitual explica con nerviosismo, tirándose del pelo y tronándose los dedos, cómo llegó hasta donde él estaba el hombre murciélago para salvarlo; -¿Cuál hombre murciélago? Estuviste sólo en el pozo- Le interrumpe entonces el equipo de seguridad, -¿Cómo que cuál hombre murciélago?- Responde desconcertado el individuo. -¡The Batman!, el héroe que lucha contra la injusticia y ayuda a los afligidos- Los presentes ahogan unas cuantas risas, -Relájese hombre, ya todo ha pasado- pero el individuo continúa narrando con alteración como el hombre murciélago, con una soga, lo ató de la cintura y lo arrastró lentamente hasta arriba cuando él no veía nada y ya no se podía mover. Asegura que como es la costumbre del hombre murciélago, se desvaneció en la oscuridad tan pronto como logró sacarlo del pozo, obviamente para mantener a salvo su identidad secreta. El suceso no llegó a más, nuestro individuo fue curado de sus heridas y dado de alta al siguiente día en un hospital cercano, el asunto acabó tan sólo en eso y en algunos artículos ambiguos en los periódicos locales, pero después de una investigación un tanto más detallada de lo sucedido, al intentar descubrir cómo fue que el individuo realmente llegó a salir ileso de un pozo de veinte metros de profundidad con las paredes completamente lisas, algunos expertos, entre ellos psiquiatras que entrevistaron al individuo, llegaron a la conclusión de que el individuo creó lo que se llama una “Realidad Emergente”, en la que él, en su mente, recreó a alguien que tuviera las cualidades necesarias para sacarlo de la situación en la que se encontraba, su mente encontró al sujeto adecuado en un repertorio conformado de conocimientos a priori, e imaginó cómo este ser superior a él y a sus posibilidades físicas consientes lo sacaba a cuestas del pozo; la experiencia le pareció completamente real y no podría explicar su salida del pozo de ninguna otra forma, pero fue él mismo, por medios desconocidos incluso para sí mismo y para todos, que logró por su propia cuenta salir del pozo. Es evidente, que muchos de nosotros, en nuestra imperfecta calidad humana, necesitamos continuamente la recreación de seres poderosos y superiores a nosotros, que nos ayuden a resolver nuestros propios problemas; les damos un nombre, una personalidad, un rostro, los veneramos, los vestimos y los armamos con virtudes, filosofías y hacemos todo lo que esté a nuestra disposición con el fin de agradarles; pensamos que de esos seres proviene nuestro éxito, y en caso de desagradarles o provocar su ira, nuestro fracaso y hasta nuestros castigos están asegurados. Los llamamos “dioses”, lo hay de mil sabores y colores, gigantescos y de bolsillo, blancos, negros, barbados y panzones, infantes y milenarios, sigan ustedes el que más los convenza. Hasta aquí llegamos hoy en su primera clase de Introducción a El hombre y sus Religiones.

Saturday, January 22, 2011

Sobre la Ginecofilia y otras ciencias perdidas

Si se trata de leer las rugosidades que pueda tener la piel humana y de esa forma descifrar una serie de características de una persona, predecir el futuro, comprender el presente o descubrir el pasado, Jesús Medina no veía porqué no podían ser los pezones; esas protuberancias por naturaleza llenas de estrías y laberintos dispuestos a ser recorridos e interpretados sólo por aquél que tiene la sabiduría adecuada, oídos para oír, ojos para ver y por supuesto, manos para sentir, como él. Por supuesto, los pezones masculinos también tienen las mismas características, pero por razones biológicas que otorgan a los pezones femeninos un mayor tamaño y por lo tanto, una definición más clara de las múltiples líneas que lo conforman, así como por una atracción natural de Jesús hacia ellos, él prefería siempre los pezones femeninos; así nació la Ginecofilia, la ciencia del amor por las mujeres, y su rama más especializada: la Lectura Mamaria o “Mamolectura”, para no confundir con “mamografía”, término ya utilizado para describir otras características de dichas glándulas y que nada tienen que ver con la personalidad, el futuro, el presente, el pasado o el amor por las mujeres. A Jesús tan sólo le bastaba con rozar los pezones un poco con alguna superficie suave; podía ser la pluma delicada de un ave, las mismas yemas de sus dedos y porqué no, su hábil lengua. El pezón bajo sus sutiles atenciones se dilataría y serían evidentes entonces, para sus poderosos ojos, los porvenires más lejanos y los pasados más recónditos de las mujeres más enigmáticas. De ciertas formas y tras un largo y misterioso proceso sólo conocido por el especialista, las mujeres podían alcanzar grados elevados de algún tipo de trance, que Jesús aseguraba, era propicio para la buena lectura de los pezones. Creció su fama y como reacción natural del público se comenzó a hablar de charlatanería, pero al cabo del tiempo y del recuento de múltiples experiencias de cuantiosas mujeres que aseguraban que Jesús había en verdad, sabido revelar datos precisos y extremadamente particulares de sus personalidades, de sus presentes, pasados y futuros, se reconoció que la lectura de pezones podía ser toda una ciencia que conllevara el conocimiento previo de amplias funciones del cuerpo humano y el dominio de otras prácticas enigmáticas. Se sabía que Jesús Medina era un erudito en el arte del Tai-Chi, la meditación trascendental, la acupuntura y otras terapias, que aunque no reconocidas por la ciencia oficial no dejan de estar basadas en sabios principios. La virtud de Jesús llegó a tal grado que si alguien, por el puro afán de poner a prueba sus habilidades, le entregaba la marca de un pezón embadurnado de tinta sobre un papel blanco, tal y como si fuera una huella digital, le bastaba con estudiarla un poco para inmediatamente revelar la edad, la complexión, la raza y aún más impresionante, la personalidad y las aflicciones de la persona a la que pertenecía dicha huella. Pero como es común de la condición humana, surgieron envidias, celos, rencores e intereses vulgares que llevaron al asesinato vil de Jesús Medina. El asesino permanece hasta hoy anónimo. Jesús desapareció, y con él, su ciencia. Hasta ahora nadie ha sabido cómo lo lograba ni de qué medios se valía para llevarla a cabo. Toda su sabiduría está perdida en la oscuridad del tiempo. Es por eso, que uno de los papeles fundamentales de todos y cada uno de los hombres de esta tierra, es poner especial atención y cuidado en los pezones femeninos. Cualquier descubrimiento debe ser invariablemente compartido e inmediatamente difundido. Los secretos de la Ginecofilia y la Mamolectura deben de ser redescubiertos. Que así sea; por el bien de los hombres, las mujeres y la humanidad completa.

Monday, January 3, 2011

Violeta nunca se enteró

Bajo la llave del agua del jardín, la que nunca dejaba de gotear a pesar de la fuerza con que uno la intentara cerrar, puso Violeta esa noche un pocillo oxidado. La marca de luz de Luna estampada con claridad en la tierra, que en su recorrido por un cielo limpio y despejado pero aún escondida tras el tejado de la casa, se recorría lentamente hacia él. Una a una las cristalinas gotas fueron cayendo; las primeras, al chocar con la superficie seca del pocillo, emitieron una resonancia metálica y aguda que se fue apagando al contar de los primeros cientos de las esféricas y cristalinas gotitas en comunión; un poco después, tras apagar las luces de su habitación, una dulce música proveniente de la voz y la vihuela de Violeta comenzó a surgir delicadamente de su ventana y a inundar con una esencia mágica todo el jardín. A Violeta siempre le gustó tocar sus instrumentos musicales y cantar en plena oscuridad, para que así, su música estuviera alimentada y orquestada por las voces de los grillos buscando a su pareja entre las baldosas, por los susurros de la madera tibia crujiendo al perder su calor, y quizá por los suspiros de algún viejo fantasma escondido en la habitación. En el exterior, la definida marca de luz de Luna siguió recorriendo la tierra muy despacio, cruzó lentamente su camino con un caracol ocupado en ir en sentido contrario, atravesó un par de guijarros, que al recibir su blanca luz lunar, hicieron evidente su rosa pálido y mineral, y finalmente se acercó al borde del pocillo que la recibió con esos característicos ecos acuáticos de gotas cayendo dentro de un viejo recipiente a medio llenar. Aunque de lejos bramaban los motores de uno que otro camión que salía a rumiar a aquellas horas por la carretera transportando misteriosas cargas, a pesar de que no faltaba el sonido esporádico de algún coro de perros alarmados a la distancia, unos más lejanos que otros y desde diferentes direcciones, las gotas de agua y la voz y la vihuela de Violeta ocupaban un contundente primer plano en el espontaneo concierto que el jardín presentaba esa noche, que aunque fría, se templaba gracias a las dulces notas que envolvían con calor los corazones de una exótica comunidad de insectitos. De repente y como por arte de la magia más maravillosa, todo sucedió. Quizá fue la forma extraña del pocillo, había sufrido muchos golpes y sus cansados bordes de metal estaban doblados en varios costados; quizá se debió a que ya estaba lleno de agua hasta la mitad, y el eco que las gotas producían al caer se había vuelto alarmante, como los fuertes latidos de un corazón agitado; tal vez fue la acción de los minerales desprendidos del óxido del viejo metal los que produjeron esa extraña reacción; probablemente fue la luz de la Luna dando ya de lleno y hasta el fondo del pocillo, tal vez fue todo en su conjunto; o simplemente, el acto premeditado de una mente omnipotente que quiso que así todo sucediera. Por algunos segundos, tan rápidos que convierten un pequeño instante en un momento eterno, el viejo pocillo oxidado y su líquido contenido se convirtieron en el aparato transmisor de sonido más poderoso que alguien haya podido jamás imaginar; por una casualidad efímera, por una coincidencia exacta que reunía con exactitud las condiciones necesarias, el tiempo y el espacio adecuados, el pequeño recipiente absorbió la dulce música que en su habitación fabricaba Violeta, y la envió poderosamente y en fracciones de segundo a distancias inimaginables en el cosmos, tan poderoso como un gigantesco tsunami cósmico y musical rompiendo en las costas más remotas del universo. El sonido de la vihuela y la voz de Violeta fueron captados y registrados claramente por infinitos y extraños dispositivos de radio, antenas e instrumentos, unos pertenecientes a civilizaciones avanzadas y en extremo desarrolladas, otros a civilizaciones más rudimentarias o primitivas tecnológicamente como la nuestra; y todos los seres vivos por igual, los grandes como ballenas, los pequeños como hormigas, de coloraciones verdes, azules, rojas, provistos de múltiples ojos o carentes de visión, adaptados con alas o branquias submarinas, percibieron en millones de planetas y en miles de galaxias, con órganos auditivos muy diferentes a los nuestros, la música y la voz de Violeta por algunos segundos, que también para ellos, parecieron eternos. Aquellos seres aún desconocidos para nosotros llenaron sus corazones, todos ellos de extraños funcionamientos y anatómicamente diferentes, de paz y de amor; ambos de sencillo funcionamiento y anatómicamente iguales para todo el universo. Es muy probable que a partir de éste fenómeno inexplicable para nuestra incipiente ciencia, millones de civilizaciones perdidas en el universo se hayan dado cuenta de que hay vida inteligente fuera de su limitado entorno, y que esa forma de vida inteligente también puede ser pacífica y dispuesta a amar. Todo se interrumpió; la marca de luz de luna subió por la pared y comenzó a desaparecer lentamente culpa de las copas de los árboles más altos. El pocillo se llenó y comenzó a derramar el sagrado líquido por sus costados, el caracol se perdió de vista, probablemente encontró un escondrijo húmedo, cálido y lleno de deliciosa hojarasca para pasar la noche, Violeta dejó de cantar y tocar la vihuela, la acomodó a un costado de su cama, suspiró, y decidió que la hora de dormir había llegado. El universo entero la había escuchado, pero de todo esto, Violeta nunca se enteró.

A Violeta Parra