Tuesday, November 15, 2011

Derechos no reservados

Mírame, obsérvame detenidamente o ignórame por completo. Piensa bien o mal sobre mí, soy ahora lo que te plazca. Si quieres tócame, y si así lo prefieres acaríciame. Puedes besarme o golpearme, estamparme con tus labios cálidos el beso más cinematográfico o escupirme la cara, romper en mil pedazos la botella en mi cabeza o deshojar los pétalos de las rosas sobre mi cara; ahora todo depende de ti, de tu estado de ánimo, de tu personalidad, de lo que pienses en estos instantes de mí, de lo que tengas ganas de hacer conmigo. Toma mis cosas, roba mis posesiones más valiosas y hazte con mi dinero; o bien, para divertirte, llena mi boca de sucias monedas y deja caer groseramente sobre mi pecho unos cuantos y viejos billetes, tan pesados y fríos como la paja mojada. Puedes pintarme la cara con eternas maldiciones o escribir mil poemas de amor, puedes arañarme y patearme hasta que te canses, aunque inconscientemente, yo prefiera que me hagas el amor. En este momento mi mente funciona tal y como las naves exploradoras que ruedan sobre la superficie de Marte, tan distantes, todas cubiertas de polvo y sin tripulantes. Mis poros exhalan sobrecargados combustibles alcohólicos que a penas la hacen funcionar. Estoy ahora muy borracho, y mi cuerpo en estos instantes tiene los derechos no reservados.

Saturday, November 5, 2011

Insignificante tratado sobre el Tai-Chi manual

“Tai-Chi”: Debe de ser leído tal y como se escribe, por lo menos en español. En este caso, en el que se desea utilizar como referencia en este insignificante tratado, no tiene que ver con su carácter de “arte marcial”, sino como un conjunto de movimientos corporales destinados, en cierta forma, a copiar los movimientos rítmicos y armónicos de la naturaleza con el cuerpo. En esta versión de Tai-Chi, si es que se permite de forma filosófica llamarlo así, una vertiente de la práctica originalmente creada en China, tan sólo se utilizan las manos a fin de copiar movimientos armónicos en la naturaleza y en el universo infinito, antes de dormir, o justo al despertar, acompañados por los movimientos de estiramiento o de bostezos a los que el cuerpo humano suele recurrir. Las manos colocadas enfrente de uno, quizá con los ojos un poco entrecerrados, comienzan a copiar los movimientos suaves de las pestañas cuando se abren y se cierran, el baile mágico de las medusas en las profundidades marinas, el movimiento rítmico y elegante de las grandes aves en el cielo, la tranquilidad armónica con la que las olas en el mar caen sobre la arena dulce y ligeramente brillante. Las manos son seres individuales que, en esta práctica, parecen estar separadas de nuestro cuerpo, pero que fungen como actores en una representación casi teatral frente a nuestros ojos, en donde el escenario es el cosmos. Como actores, las manos pueden representar un par de seres enamorados, y la totalidad del proceso de coqueteo y enamoramiento, los bailes de uno alrededor del otro, los flirteos y los diversos acercamientos, la timidez, los ligeros roces y los contactos un poco más íntimos hasta llegar a la cópula misma, clímax también de la armonía cósmica. Uno puede incluir besos sobre las manos, acariciarlas con el rostro y verlas desde diferentes ángulos, en un nivel avanzado uno puede fingir que es capaz de mover objetos lejanos con su ayuda, al sentir que uno tiene lazos invisibles hechos de energía pura que se desprenden de ellas y que son capaces de alterar la situación o posición de dichos objetos a distancia. Esta práctica, esencialmente interactiva, ya que uno es el productor de la gran obra del Universo a micro escala, puede ser utilizada a voluntad y sin regla alguna, copiando todos esos movimientos en la naturaleza que a uno le gustan y que uno ama, cada persona puede inventar sus propios movimientos siempre con el fin de saber que uno es parte íntima de la maravillosa orquesta universal. El Tai-chi manual tiene, de esta forma, la cualidad de poder sugestionar al cuerpo entero con los ritmos armónicos de la naturaleza, producir una sensación directa de alivio, de bienestar físico, de tranquilidad, de relajación y también es un método eficaz para fomentar la creatividad y aumentar la autoestima. Es una práctica que promete ser de gran ayuda emocional y sicológica para las personas con movilidad reducida, para las personas de edad avanzada o con situaciones de reclusión, ya sea por problemas penales o de salud, ya que el Tai-chi manual puede ser practicado en una cama, acostado, sentado en una silla de ruedas, dentro de la habitación de una celda o de un hospital, se puede practicar aunque uno esté con algún equipo conectado al cuerpo o inmovilizado parcialmente. El Tai-Chi manual al igual que muchas otras invenciones fue creado por accidente. Es increíble lo que puede pasar en la mente de un filósofo chino es estado de ligera ebriedad.