La evolución del folklor mexicano

Cinco tipos se pelean en la arena, en la antigua plaza de toros, la gente los mira alrededor y aplaude con fervor, gritan con locura y desenfreno. La tarde es caliente y el sol convoca a la obligatoria compra de alcohol que enardece aún más a la multitud. La pelea tiene reglas, ya que no se hace con el fin último de la violencia por sí misma, sino por deporte, por la pasión del combate, por el espectáculo, Ya lo sabemos, somos el homo ludens, el hombre que se divierte. Hay que soltar con violencia las más asquerosas bombas de saliva, gargajos si se les puede llamar así, proyectiles con furia destinados a alcanzar al adversario, Si se es posible, mezclarlos con mocos e incluso sangre para arrojarlos a la cara del otro, Las manos siempre atadas detrás con fuertes lazos y las piernas inmovilizadas con maderos y cadenas, para así, esquivar los salivazos del enemigo tan sólo a base de rápidos movimientos de tronco, cuello y cadera. En México, desde la prohibición de maltratar a los animales gracias a su sociedad protectora, éstas son las únicas… “peleas de gallos”.