Tuesday, December 21, 2010

Esa Noche

Esa noche, la última noche que pase contigo, de regreso a casa, millones de químicos extraños fueron liberados de mi cerebro y expulsados hacia todos los rincones de mi cuerpo al escuchar tu voz.

A pesar de lo que había sucedido, del mal rato que habíamos pasado, la noche era encantadora y tu brillabas con una luz propia que hacia que la gente que pasaba te mirara sorprendida. El tiempo, que pudo haber sido una hora, se paso en tan solo unos cuantos minutos, y las aves que ya estaban dormidas en las ramas de los árboles, creyeron que el Sol ya había salido y comenzaron a volar de nuevo.

Esa noche, los millones de químicos liberados por mi cerebro y enviados hacia todos los rincones de mi cuerpo al escuchar tu voz, fueron recibidos por todas y cana una de mis células. Las células que juntas conforman mi corazón, y mis manos y mis ojos, y mis piernas y mis pies.

Tu sonrisa cambio el panorama. Detrás de ti a tu paso por las diferentes calles de Montreal en silencio y sin que nadie las viera, las flores comenzaron a crecer, las hojas de los árboles se volvieron más verdes y brillantes, y decidieron todas juntas no dejarse caer todavía por la fuerza del otoño. Las pequeñas gotas del agua de las fuentes comenzaron a bailar tango y los edificios cobraron vida propia, abrieron todas sus cortinas y encendieron todas sus ventanas.

Esa noche, las células de todo mi cuerpo, las que juntas conforman mi corazón, y mis manos, y mis ojos y mis piernas y mis pies, recibieron el mensaje enviado por mi cerebro a través de millones de químicos extraños. Todas ellas se sintieron muy ligeras y poco a poco perdieron cada una, una pequeña porción de su propio peso. Claro, al escuchar tu linda voz.

La Luna y las estrellas comenzaron de chismosas. -¿Pero que crema se puso esta?, ¡pero que atrevida, si la luz es solo para nosotras!, -Ay si, desde que brilla tanto ya ni nos voltea a ver, ya no nos necesita-, -Y eso que solo tiene 18 años, ¡imagínate cuando tenga 50 millones como nosotras!-
Esa noche, no se si te diste cuenta, no se si prefieres callar, pero mientras tu caminabas de regreso a casa, mi corazón, y mis manos, y mis ojos, y mis piernas y mis pies, se sintieron muy ligeros. Esa noche, la última noche que pase contigo, tú te regresaste caminando, pero a tu lado, al escuchar tu voz, yo flotaba.

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