Si estoy en lo cierto…

Si estoy en lo cierto, si lo que me revelan esta noche los sueños entre cortinas de humo, reflejos de estrellados cristales ahumados y destellos metálicos de industriales envases vacíos, la gran metrópolis que ahora ruge a mis espaldas, que me ciega clavándome sus toneladas de luz artificial, que me llena los pulmones con su aire contaminado y putrefacto y me envenena de su estrés; la gran ciudad que ahora tiene el irónico nombre de “Los Ángeles”, será en poco arrasada por completo junto con el resto del mundo, por un eterno y titánico cataclismo; y específicamente aquí, después de que se cubran de montañas nuevas los alrededores y de que pasen cientos de años que ayuden a envolver con verde, espesa y enredada vegetación las ruinas de esta ciudad aún ardiendo por dentro y gritando en silencio, vociferando sobre el caos en éste, el vientre materno mundial de los espectáculos más grotescos, las riquezas más retorcidas, las adicciones más perversas y los engendros más depravados de lujuria absorbida y anegada hasta en la hendidura más escondida de su extensa piel de concreto, surgirá un gran valle, y en el valle una ciudad magnífica. ¡Por fin!, rodeada de lagos de agua pura, cristalina y abundantes en vida nueva, con extensas y fantásticas regiones tapizadas de plantas, árboles, frutos y animales nunca antes vistos e inexistentes antes de la devastación, y donde los nuevos seres humanos, los elegidos por la naturaleza para subsistir, se organizarán y habitarán en inteligentes, cultos y pacíficos grupos, en ésta, la nueva tierra; estarán dedicados al aprendizaje y a la observación científica de la naturaleza. “Los Nuevos Ángeles” será así llamada, Y después de tiempo, a partir de un natural cuestionamiento sobre sus propios orígenes, se escarbará en el pasado, y se encontrarán vestigios de lo que ahí ocurrió, de los quehaceres de sus antepasados, a través del estudio detallado y sistematizado, no sólo de las ruinas conservadas, sino principal y abundantemente de las pieles de las momias que se encontrarán. “Las Momias Tatuadas del Valle de Los Nuevos Ángeles”. Cuerpos humanos, conservados con la ayuda del calcio, que en sus pieles guardarán la tinta, tan eterna como sus almas mismas, imagen a imagen, texto a texto, detalles sobre las vidas, los aconteceres, las ideologías, las aficiones, los temores, los placeres y las horrendas alucinaciones de seres humanos primitivos y en extremo agresivos, frustrados y destinados al estrato más bajo de una sociedad destinada a la muerte. Come de tu pan y disfruta de tu circo, hasta que te hinches de odio y lo plasmes indeleblemente en tu piel. Tú, asqueroso y tatuado producto de la sociedad, serás importante al fin, te convertirás en la nueva piedra de Roseta que ayude a descifrar los lenguajes y los dialectos urbanos, serás los nuevos papiros egipcios que hablen de la sociedad y de sus dioses y costumbres, te transformarás en la nueva máquina del tiempo que te transportará justo sobre la basura en la que vives. Si estoy en lo cierto, habrá un letrero en la entrada de la nueva ciudad: “¡Bienvenido al gran Valle de Los Nuevos Ángeles! Ciudad rica en historia, hogar de las Momias Tatuadas.”