Tuesday, December 21, 2010

De Carencias la Esperanza

Las barbas ya están puestas a remojar, las de Ruy Sevilla, el viejo loco de la calle que sube hasta el centro de Santiago de Compostela. Loco porque se deja las barbas hasta que le lleguen al ombligo, loco porque no se las quiere cortar. Sus barbas, blancas cola de caballo, son la mitad de su cuerpo, Sin ellas Ruy se sentiría incompleto, tanto como el hombre cojo, el ciego o el manco que de alguno de sus miembros carece, Pero para Ruy, las barbas son más que extremidades, acaso es que alguien haya oído jamás sobre alguien manco del alma o de la personalidad, pues así Ruy, ese viejo que de loco califica la gente, lo siente de tal sólo pensarlo. –Perder las barbas no es perder la vida hombre, ni la dignidad, ni el honor, ni la virginidad, y sé bien Don Ruy que perder todo esto, a Usted no le importa- También los peluqueros y barberos de la cuadra sirven de mejores amigos y de sicólogos, que a falta de cantineros y de servidores sociales, de esos que quitan las congojas de la mente y del espíritu, a todos se les da por tener un poco de sabiduría que brindar a otros en momentos difíciles. Este lo es, un momento difícil por naturaleza, Ruy llora sobre sus barbas, sobre las que aún quedan y sobre las que caen sobre su pecho, sobre sus piernas, sobre el suelo. Las hay de las que quedan resguardadas entre los puños cerrados de Ruy. –Vamos Ruy, déjalas ir hombre, que mas vale mujer a la vista que barbas en mano- Y es que el señor barbero, el que destroza la historia de Ruy hecha en pelos, en donde se han registrado los eventos, los accidentes, las memorias, las risas y los llantos, las penas, las hambres y las victorias, le ha preparado una cita a ciegas a su cliente favorito con una chica de la cuadra. Favorito porque Ruy, el de las barbas largas, es después de todo un hombre que gusta de traer el pelo de la cabeza corto y bien aseado. Piénsese lo que se quiera, pero a Ruy, a pesar de no habérselo visto hace mucho con mujer alguna, le siguen gustando las féminas, y mucho, quizá más que a los que se ve todo el tiempo acompañado de alguna bella. Es por esto, que en la balanza de prioridades de Ruy, pesa aún más la carencia de una mano de género femenino que la conservación de su cultivo de historia tejida con cabellos, que ahora ya, yacen en el suelo desplegando sus brillos de plata a la luz de un sol de mañana. La buena suerte se desea siempre a los amigos, y el barbero abraza a Ruy que aún llora y moja su barbilla blanca con lágrimas de nostalgia capilar. –Ya ya viejo, vas a ver que valdrá la pena-. Están ya los pies de Ruy sobre las aceras de Santiago, el sol calienta su cabeza y comienza a requemar la barbilla escondida del sol durante años, La gente mira lo más novedoso en el pueblo desde que el gran circo donde aquél oso ruso que se balanceaba sobre un pedestal cayó sobre un grupo de niños. Ruy es un zombi que camina sin saber quién es, sin conocer su propia identidad, Oscuro y envenenado de un vacío gigantesco apresura su paso hacia la guarida que ocultará su rostro de las miradas de filo cortante, Ahora son de ladrillos y no de cabellos los escondites que guardan a Ruy del ofensivo gentío. Los pies también duelen y las manos tiemblan, pero es necesario prepararse, la chica pronto estará esperando, la chica que él nunca ha visto pero quién a recomienda del barbero estará a punto de ver. Al parecer la chica en cuestión es una, hasta cierto punto extraña, nunca sale a la calle, nadie la ha visto desde que ella cumplió más o menos los 8 años, muchos creen que ha muerto, pues de muertos están más plagadas las historias de los pueblos que sus mismos cementerios, Ya nadie la ha escuchado y tan sólo algunos, los más allegados a su familia aseguran que ella aún vive, pero no dan detalle, no cuentan sobre su condición ni sobre las razones por las que decidieron sus padres guardarla del mundo. Dicen que es feliz, pero cómo se puede ser feliz si se vive en una morada tan pequeña como una de la clase media de Santiago lo puede ser, cómo puede una ser feliz si todo el tiempo al resguardo de los padres se está, Una chica joven debe de tener deseos, pasiones, anhelos, curiosidad sobre el mundo y sobre la gente, también sobre los hombres, o qué, se es ciega, muda y sorda al mismo tiempo, o qué, se es idiota y no se percibe que hay mucho más allá. Vamos comprendiendo lo que no se puede ver, vamos entendiendo lo que no se puede tocar, Cuentos, puros cuentos los de la gente de esa casa. La chica se llama Mariela. Le dijo el barbero a Ruy que Mariela tiene la cualidad de ver tan sólo con el corazón, no ve defectos, tan sólo ve sentimientos e intenciones, la chica tan sólo busca amor. Quizá ahora que Ruy está ya bien vestido con un traje que no usaba desde hace diez mil lunas y que en su mano carga un manojo de las flores más amarillas que encontró, su vida deje de ser la del extraño hombre barbudo, y pase a ser la del feliz hombre sin barba. Y ahora si sabrán en el pueblo quién tenía la verdad sobre la vida, quién ha aprendido a ser feliz y a encontrar la fortuna de una mujer que lo ama. Ruy es un circo que camina, Sobre el suelo tapices de piedras de río, sobre las paredes y muros tapices de ojos que incomodan, pero no intimidan, La casa de ella se acerca a él, pues no es él quién avanza sino el suelo el que retrocede bajo sus poderosos pies de hombre decidido, es necesario caminar para encontrar el destino de un hombre que lo estaba buscando en lugares incorrectos, Y las risotadas tan sólo son plumas del ave más fina cayendo sobre sus hombros. Qué sería de este hombre sin las burlas de la gente, sería el mismo Ruy de la misma barba pasando un día que se parece mucho al día de ayer. Y bien, Ruy se acerca a Mariela, y su casa lo recibe con un bonito jardín rosa florido, la puerta se abre después de tocar y un par de rostros contentos que pertenecen a los padres de Mariela reciben al viejo Ruy. –Pasa hombre, que hace mucho tiempo que no se te veía la cara, con tanta barba y con tantas ocupaciones, que el tiempo de visitar viejos amigos nunca llega- Ruy entra y espera sentado en un viejo sofá a la chica de sus posibles sueños, la que no lo juzgue y a la cual él debe en respuesta, no juzgar y responder amablemente las cortesías brindadas. Los descocidos fueron hechos para los rotos, o no. La chica sale ya de su habitación.

Nunca se había visto cara tan extraña como la de Ruy Sevilla en esta noche. Su rostro denota contorciones que van desde intensa alegría hasta miedo profundo, es acaso que las muecas quieren por sí solas hablar y gritar lo que sienten, es posible que haya habido una tal y cual diferencia entre el Ruy de hace unas horas y el de ahora, Ruy dormita, nada profundo es el sueño, es mas bien una mezcla de imágenes borrosas de la realidad y la ficción, es el Ruy sin precauciones y el Ruy asustado, sorprendido. La luz de Luna golpea fuertemente la piel de sus pies y rebota en los hastiados ojos de Ruy, Lástima que no haya alguien para consolarlo, para ayudarlo en esta noche de crisis que apenas comienza. Ruy al fin descansa pero no en paz, Ocho horas formadas en una fila india hacen rotal al globo que es el planeta y a pesar de que la Luna quiere mantener su reinado sobre las tierras de Santiago de Compostela esa noche, el Sol va ganando poco a poco la batalla de este día y al fin, gana centímetros y centímetros sobre la hierba, sobre las rocas, sobre los tejados de las casa y los árboles, la luz reinventa las sombras nuevamente y alcanza el cuerpo que yace en una cama congestionada de sueños, el cuerpo de Ruy fatigado con su piel de almohada y sus manos de ojos dormidos. El día puede ser largo, pero quizá traiga buenas respuestas que serán buscadas en la casa y negocio del barbero. –Mírate Ruy, eres un muerto viviente viejo, y dime dime cómo te ha ido- Y Ruy que con los ojos prende su desayuno consistente en las imágenes amigables que del barbero se ha hecho, se sienta sobre un viejo taburete y aplasta con las nalgas las noticias de hoy. –Qué te pareció la chica Mariela, no es linda Ruy- Los ojos de Ruy no son precisamente pistolas, pero también agraden al apuntar hacia el barbero. –Si, si es linda la chica viejo, me encantó como comunica sus pensamientos y sentimientos, cómo es en extremo femenina, limpia y ordenada, cariñosa, inteligente y muy bondadosa, sus manos son finas y delicadas y tiene un cuerpo hermoso- Cinco segundos de silencio entran volando por la puerta y se posan en los labios de Ruy, después, como llegaron se van. –Mariela, tan lindo nombre, si tan sólo tuviera cabeza-.

La razón de que Mariela nunca salga de su casa desde los 8 años es simple. Mariela no tiene cabeza y eso es secreto oficial de su familia y de algunos cuantos. Cuando ella era pequeña en un accidente la perdió, Se acercó demasiado a un viejo aparato francés que su abuelo tenía como recuerdo de la guerra contra Francia, la guillotina le decían. –No te acerques que tiene filo y es peligrosa- Pero Mariela, como al gato, la curiosidad la venció y sus manos prendieron el control y descontrol de la máquina prohibida aquella. Quizá la serpiente que convenció a Eva de comerse la manzana estaba también escondida por ahí, entre extraños artefactos empolvados y oxidados. Una vez que el filo de la guillotina calló directo sobre el cuello de la pequeña víctima hubo un momento de incertidumbre, ella se movió en todas direcciones, pero la cabeza quedó allí, arrinconada junto a un bulto de maíz viendo de reojo la escena, viendo su propio cuerpo caminar sin sentido y la sangre chorrear por doquier. Es verdad que una chica tan dulce no podía morir así nada más, es claro que se necesitaba más que un contundente corte de cabeza para acabar con la vida de una hermosa alma. Siempre se dijo que Mariela pensaba con el corazón, que su cerebro era tan sólo un adorno porque en las cuestiones de lógica el corazón de ella es quien mandaba. Es increíble, pero la pequeña Mariela había desarrollado para ese entonces una pequeña protuberancia al lado de su corazón, -quizá sea un coágulo, quizá un tumor- -pero mamá, se siente bonito- -Usa el cerebro Mariela, no el corazón- Y fue benéfico no usar el cerebro, ya que cuando Mariela perdió la cabeza ese pequeño tumor en el corazón, resultó ser un pequeño cerebro incipiente, capaz al principio de controlar las funciones básicas del cuerpo como la respiración y la conciencia, y después de desarrollarse a falta del cerebro original, fue capaz incluso de realizar operaciones lógicas complejas que incluso algunas personas con un cerebro normal, como Ruy, no serían capaces de realizar ni en sueños. Ahora, 15 años después del accidente, Mariela piensa completamente con el corazón, no hablo de una metáfora sino de la evidente realidad, en el cuello tiene una cicatriz de lado a lado y una especie de abertura por donde entra el aire y el alimento. Mariela es ciega pero habla por medio de manos hábiles y dibujos excepcionales. Mariela es feliz y como todos, como Ruy en especial, está buscando un amor. Quiéranse los destinos cruzar y amarrar en un par de líneas paralelas que viajen hasta el fin del cosmos. A Mariela la cabeza le falta y a Ruy las barbas, están iguales ahora, pueden festejar que se han encontrado, Pueden irse en paz, la celebración ha terminado.

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