Tuesday, December 21, 2010

Mermelada Medieval

Es un frasco de vidrio enorme en medio de la plaza principal, Dicen que ahí lo pusieron los ayudantes del Rey para demostrarle a todos el poderío de su reino. La trajeron con ayuda de caballos y enormes vigas redondas de madera. Nunca antes se había visto algo tan brillante que no lastimase los ojos, ni tan eterno que abarcase tan poco espacio. -Es una jalea- dicen los rumores, los que se escapan de bocas mal cerradas y buscan esconderse en oídos dispuestos a albergar a algún inquilino que siembre con chismes sus cerebros, Una jalea real hecha de algún elemento de facto brillante y eterno. Y la etiqueta no se puede ver, la del contenido, la de los ingredientes, y es que aún no llegamos a esa era, a la de los contenidos industrializados en los frascos de vidrio, tan sólo se puede ver la leyenda que colocan los soldados reales sobre la superficie cristalina del frasco pegada con algún engrudo medieval. ¿Quién en la plaza sabe leer?, ni los hombres, ni las mujeres, ni los niños y bueno, ni los animales, pero hay quién se sube a la cima de una pila de cajas de manzanas y despliega un pergamino, -Pongan atención, es el mensajero del Rey quién va a hablar- dicen las trompetas en su idioma metálico y la gente se reúne y calla, en el Medioevo la gente siempre calla. El mensajero real se afina la voz y con contundente sonido reproduce el contenido de tan misterioso rollo de papel. He aquí, pueblo querido, un regalo de su noble Rey, Ante sus ojos está la afirmación de que Dios está de nuestro lado. “Es una mermelada especial, no es dulce pero sabe a glorias, no es de frutas sino de estrellas, es una mermelada hecha de galaxias. Tan infinita como ellas y tan brillante como la sonrisa de nuestra Reina”. Nuestra Señora de las Ciencias Ocultas, a las que todos temen aunque desconozcan, la preparó en sus jardines reales, Jardines hechos de mil espejos de agua que coleccionan la luz de las estrellas y la condensan hasta formar una jalea, En las orillas de los jardines crecen plantas con flores de pequeñas galaxias que iluminan el camino, Es un jardín de agua, es un jardín de luz que, aunque ocultas, las ciencias han creado.

En la gran plaza, frente al gran frasco de vidrio lleno con mermelada de galaxias, tan grande como cinco hombres uno parado en los hombros del otro, está ya la gente formada, Llevan sus recipientes, los que fueron a traer a sus casas bajo las órdenes del Rey, todo para llenarlos de jalea brillante y eterna. Los ayudantes del Rey bajan y suben de la larga escalera de madera con los depósitos llenos para la gente del pueblo, -Quien coma de esta jalea se iluminará y se llenará de sabiduría, quién la consuma tendrá vida eterna-. Personas en manadas enteras regresan a sus diversas moradas, la noche cae ya y no es bueno que en pleno Medioevo las almas anden por ahí expuestas y a expensas de los demonios. Ahora regresan con sus manos alrededor de su pequeño depósito en resguardo del contenido brillante y eterno. Si uno se asoma al recipiente de la jalea, uno siente como que cae al infinito, es necesario llevarla un tanto cubierta para saber dónde pone uno los pies. -¿Acaso no Laura que se nos prohibió la sabiduría en este periodo de ignorancia y superstición, acaso no es incongruente que el mismo Rey nos alimente de una sustancia pura en brillo y eternidad?-, Mientras yo hablo, Laura se remoja los labios que acaban de probar del fruto de los jardines de la Reina, su piel comienza a brillar y su rostro me mira con misericordia, ahora ella sabe infinitamente más que yo. –Pruébala-. Quizá Adán sintió lo mismo que ahora yo. La jalea ya está entre mis dedos, la jalea ya está en mi boca.

Los pies descalzos de la Reina caminan de noche entre los espejos de agua. Nuestra Señora de las Ciencias Ocultas es brillante, en mente, alma y cuerpo. Su resplandor alimenta también las diferentes concentraciones que harán del agua una jalea de galaxias. Con manos de blanca piel recoge pequeñas flores de galaxia y las arroja también a los grandes espejos. La fabricación de la jalea requiere de un proceso cuidadoso, meticuloso, casi mágico. Es tarea de la Reina la de otorgar a todos sus súbditos la libertad por medio del conocimiento. Hacer que todos dejen de temerle a ella y saber que saber es bueno. El Renacimiento es una etapa que debe ya comenzar. Duermen las gentes brillantes del pueblo, tienen ahora los más espléndidos sueños, lejos de moradas de miedos y supersticiones, han entrado en los caminos de increíbles fantasías científicas. Tienen en sus adentros pedazos de eternidad concentrada, pequeños trozos de sustancia infinita de luz cuajada de estrellas. Sus casas emiten luz por las ventanas, y Nuestra Señora de las Ciencias Ocultas en silencio mira desde la alta colina el dormir de sus gentes. Puedan los lobos de la insufrible ignorancia huir ahora de nuestro reino.

Los que no duermen ni atrapan fantasías científicas inigualables en sus sueños hacen el amor. Uno de esos somos Laura y yo. Y me siento y me veo brillante también. Lleno de un eterno saber, de un infinito conocimiento. Acaricio las piernas de Laura y se sienten como el material más suave que jamás haya tocado, ahora entiendo que están hechas de millones y millones de células, cada una microscópica pero aún así viva, que forman tejidos funcionalmente perfectos y hermosos. Entre besos y caricias el placer aumenta, El conocimiento también es un estimulante sexual. Y su boca me envía en un segundo a la época en que los griegos construyeron el Partenón y se inició la filosofía; un par de besos sobre mis ojos me transportan al momento exacto en el que Jesús durmió tranquilamente en el Monte de los Olivos y soñó, quizá conmigo soñándolo a él. Veo a nuestro lado las flores en un jarrón y veo el instante preciso en que el primer botón de la primera flor de la primera primavera abrió y mostró sus pétalos al Sol hace millones de años; ya en medio de un arrebato frenético de amor la cama de madera rechina y puedo ver, con los ojos de la mente, como la fricción produce calor y el calor produce luz y me transporto ahora al segundo en el que una gran masa de roca hirviente se desprendió de otra y pasó a ser el tercer planeta de nuestro sistema solar. Laura gime y tiembla como las olas del mar cuando poderosas chocan contra las rocas de la playa, y entonces viajo a las costas de América del Norte y veo a los Vikingos construyendo sus primeras ciudades, Laura toma mis manos con las suyas y las aprieta fuertemente, y mis manos se transforman en las manos del primer hombre pensante de una tribu de torpes homínidos utilizando una herramienta, una de mis manos ahora repasa la silueta de un bisonte en una cueva de Altamira y veo derretirse el hielo de la última glaciación; mi otra mano ahora sostiene la honda que lanza la roca y que dando justo en medio de los ojos derrota a Goliat, Laura me pide que la levante y que le haga el amor de pié. Ahora mis fuerzas ayudan a levantar las pesadas piedras de Stonehenge y a transportar los bloques de las pirámides de Egipto. Soy el ser más increíble, más maravilloso y grito con todas mis fuerzas. Ahora estoy en la cima de la Pirámide de la Luna en México haciendo sonar un caracol de mar para convocar a los sabios. Entiendo todas las lenguas, hablo todos los idiomas. Me sé todas las canciones y podría recitar todos los poemas, entiendo todos los misterios del Universo, soy tan grande como Júpiter y al mismo tiempo tan pequeño como un átomo. Yo soy Adán, yo soy Eva, yo soy la primera vuelta que la Luna dio alrededor de la Tierra, y ahora tan sólo quiero besar tiernamente a Laura. De repente me doy cuenta de que estamos flotando sobre la cama, entrelazados en una espiral igual a la del ADN a tan sólo un par de palmas del tejado de madera y paja, la luz que proviene de nuestros cuerpos estampa las sombras de los diferentes objetos sobre el piso, sombras que también bailan y entre ellas hacen el amor. El orgasmo es nuestra teoría del Big Bang, que aún no la conocemos como tal, pero que sabemos perfectamente cómo funciona. El Universo se creó a partir de un orgasmo divino. El Big Bang no es más que un orgasmo universal y las estrellas y las galaxias no son más que eyaculaciones divinas flotando en el Cosmos, que quizá sea el gran útero de donde ha nacido dios. -Laura, bésame y crea conmigo un nuevo Universo, ahora somos dioses recién nacidos. Duerme… sueña-.

En esta plaza es donde comienza el futuro de nuestra civilización, adiós a las sombras que cubrían las mentes y corazones de las gentes medievales y viva el conocimiento. El letrero pegado sobre el gran frasco de vidrio que contiene la jalea de galaxias ahora es comprensible. “Si me puedes leer entonces te has salvado”. Nuestra Señora de las Ciencias Ocultas, ahora se muestra brillante ante todos, sonríe y ya no está oculta, en el pueblo ya se le comienza a llamar tan sólo “Nuestra Señora de las Ciencias”.

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